25 de marzo de 2013
27 de septiembre de 2012
24 de abril de 2012
23 de abril de 2012
13 de marzo de 2012
9 de junio de 2009
29 de abril de 2009
en un día nublado
como cualquier otro,
intrascendente.
Cuando se está cercado
el suelo es un buen lugar
para descansar
la vista que se había extraviado
entre la gente.
Las voces superpuestas
como una pared de sonido
o como una cámara de silencio
anestecian los sentidos.
El techo, las paredes, el suelo.
No por eso confinado.
La ilusión no está en el escape.
Es como buscar una llave cuando
todavía no existe el candado.
9 de marzo de 2009
25 de febrero de 2009
a lo que dicen
las palabras
son como un ruido
es el sonido
del cuerpo, aunque
a veces se deforma
a veces se extravía.
Cuando el ruido
y el cuerpo
entran en sintonía
forman una armonía
y cosas grandes puede que sucedan
Como empezar a
dejar de pensar
en empezar.
4 de agosto de 2008
Oscilaba; frío
y 40º suena
como un atajo.
Merodeando,
borroso y rengo.
Solo;
bastante ebrio.
El alma en calma;
la energía
desestabilizada,
pero en armonía.
Evidentemente la inercia
está amable esta noche.
27 de julio de 2008
Por suerte
solamente
está en todas partes.
No aparece;
se deja caer
sosegado.
Como el alba, pero más temprano.
29 de junio de 2008
Hace once días
nos despertamos
algo más solos
que antes.
Nos tenemos
a nosotros once,
pero nadie sabe
lo que vaya a resultar
de todo eso.
Nada más, arriba
de eso.
Nada,
menos que eso.
Recordar es algo
que está pasando ahora,
ahora mismo,
o sea en el pasado:
Como mirar una foto,
o algo de eso.
9 de enero de 2008
8 de enero de 2008
Se armaron un patio
en una mínima parcela
robada al desierto.
Con ocho pinos trasplantados
y enclenques rayaron
una inconsistente frontera.
Redefinir confines.
Viento violento, el desierto
también tiene sus armas
para reconquistar terreno despojado.
Una bolsa de Landete se debate
furiosa, y enroscada
sobre sí misma combate.
aletea frenética al alambrado
que la mantiene
desesperadamente asujetada.
Redefinir paisajes.
Música quebrada
de techos extirpados
y medianeras detonadas
con un tempo fracturado
que se mide en ráfagas.
Silencio de a ramalazos.
5 de abril de 2007
a los truenos los escuchás.
Es una cuestión entre los sentidos.
Ollas, cacerolas,
sartenes y algunos taper.
Trapos mojados
y la dulce melodía de las goteras.
21 de marzo de 2007
busca una manera
de no pensar en ese cielo
enorme, vacío.
¿Qué esconde toda esa nada?
Hace dibujos graciosos
sobre los vidrios
empañados, atrapados
entre el frío
que quiere entrar,
el calor
que no alcanza a salir
y el apacible espectáculo
del viento en mute.
Más allá piedra, tierra, pavimento.
Una hormiga no entiende
de relieves macro
y trepa su propio
monte Everest
al costado del baño
de una estación de servicio.
Una correntada
contra la piedra caída.
La obra es trágica,
sin tenores ni temores.
Ni suspenso.
Agua con tonta ilusión
y correr torpe
va a no terminar.
Sedimentos en carretillas
de representación.
Repetición de la repetición.
En mi imaginación
descausada
está su marcha.
Mi marcha
se llama muerte.
La suya,
Rio.
Navegarlo es a vela.
Estaba vivo antes
que Vida.
Su ritmo es calma;
va, moroso, deambulando
por entre las piedras bocha.
Suceder constante,
su origen está en la vertiente
de todos los tiempos.
Corrientes que arrastran
los siglos de los siglos
ocupan todos los espacios
de mi primera memoria.
27 de noviembre de 2006
otra historia
de merqueros
aburridos que
juegan a que
el resto sepa
sin darse cuenta
y después
de la vuelta
de vuelta
se arrepienten.
que me condena,
que me duele,
que me pica,
que la cruz,
que la luz,
que me sube,
que me baja:
filosofía fofa
soporíferos rezongos,
mártires del anti-aguante
inmolados por implosión,
apología del gataflorismo,
letarguistas insufribles e insoportables.
uno por allá mariconea
“ella usó mi cabeza
como un…”, bla bla, etc…
¿Como qué era?
¿Quién te usó qué cosa?
-pero ¡andá a llorar a la iglesia!
“A mi me gusta el vino,
porque el vino es güeno”.
Perfectos versos.
No hay moral
ni métrica
de mal dormidos.
No hay quejas,
ni sermones,
ni lamentos.
Me dicen que me saque la campera
para la nieve,
que ser pequebú nacional es lo peor que hay,
que creer en dios es funcional,
¿dónde trabajabas vos? ¿en Zanon?
Marceloteístas, el panfleto es la Biblia,
no usan palabras en inglés;
les gustan los pulóveres de lana de guanaco;
se mojan cuando ven a un proletario
en carne y hueso.
¿Qué sería de mt sin los pequebú?
La pérdida de su interlocutor
podría sobrellevarse, pero la extinción
de su base material de sustento sería insalvable.
Asambleístas de carrera, alzan su voz
extensísima e irreductiblemente peluda
para aplastar la de los opresores,
manipuladores y chantajistas del pueblo.
Asambleístas que se escupieron la sopa
hace no más de cinco años
y desde hace setenta.
Eternamente distintos a los que son iguales,
enteramente diferentes a los que hablan parecido,
son consecuentes y no se juntan con los inconsecuentes.
Crueles, en el cartel fustigan al presidente,
vapulean al mandato popular,
flagelan al enemigo, confunden al enemigo.
Condescendientes, en el cartel adhieren
a la lucha de los (pequebúes) estudiantes franceses
que mañana van a ser presidentes de Francia
y ahí ya van a pasar a odiarlos.
“Hay que transformar”, obligan,
“a transformar que se acaba el mundo”.