25 de marzo de 2013

Una delicada capa de mugre cubre las cosas ancladas desde siempre y frente a los ojos se construye el paisaje de todo lo que está ahí, sin motivo. La pava agujereada y sin mango, un cenicero de madera excesivamente grande, el sapito de plástico amarillo, una caña de pescar rota, un tablero de ajedrez sin caballos. Mientras tanto, la siesta y el vino juegan a bailar sin música esperando a que el mundo se desintegre allá a lo lejos.

27 de septiembre de 2012


Me dijo que me estaba escuchando mientras miraba el suelo. Alzó la vista por un segundo y con un gesto semi automático se manoseó los ojos. Siempre parecía estar atrapado en circunstancias que le eran ajenas, al menos en parte. Estiró la mano hasta el bolsillo y tanteó el teléfono. Dijo dos o tres cosas no del todo inconexas y perdió el interés en la charla; volvió a mirar el suelo.
Sentía que se derretía de a poco, como los postes de iluminación al costado de las vías. La situación era un tanto incómoda. Contaba durmientes en los días hábiles mientras notaba cómo iba perdiendo la paciencia, también de a poco

24 de abril de 2012

Inconsciente como la respiración y misterioso como el aire agitado. Fabricando diamantes de madera en una tarde de sábado, a la sombra. Demasiado después de todo. Gritó "leven anclas!" justo antes de caer, borracho, del caballo marrón en el que iba a conquistar al menos tres continentes.

23 de abril de 2012

Media demolición y la pregunta acerca de los vestigios. Como cuando las nubes mutilan los cerros altos. O como cuando las estrellas convulsionan en cámara lenta. La intensidad conoce diversos pelajes (aunque nunca tan punk como un pacto suicida). La virtud secreta de los monstruos hermosos.

13 de marzo de 2012

Todavía hay luces escurriendose por debajo de estas vías. Y las piedras. Y la carne arrebatada, aturdida, derramada sobre un vagón estándar. Profundo, el sol abrió un hoyo en la tierra para poder aparecer. El amanecer le pertenece a las bestias salvajes.

9 de junio de 2009

El 88 dibuja geometrías un tanto extrañas. Con llamativa modorra parte la ciudad en dos mientras una geografía no apta para publicidades de agua mineral le sale al encuentro. Llovió no hace mucho. Algunos rayos de sol, tibios, oblicuos, se escurren por entre las nubes altas y dan de lleno en los vidrios rotos del galpón abandonado y sin techo de Mármol y Perón. Mi amigo concibe magníficos acordes en Si bemol. F.K. alguna vez habló sobre el impulso que sobreviene luego de la tormenta. Quizá tenga que ver con eso. O no. Un atardecer de puta madre en La Matanza.

29 de abril de 2009

Un incidente aislado
en un día nublado
como cualquier otro,
intrascendente.

Cuando se está cercado
el suelo es un buen lugar
para descansar
la vista que se había extraviado
entre la gente.

Las voces superpuestas
como una pared de sonido
o como una cámara de silencio
anestecian los sentidos.

El techo, las paredes, el suelo.
No por eso confinado.
La ilusión no está en el escape.
Es como buscar una llave cuando
todavía no existe el candado.

9 de marzo de 2009

25 de febrero de 2009

No prestar atención
a lo que dicen
las palabras
son como un ruido
es el sonido
del cuerpo, aunque
a veces se deforma
a veces se extravía.

Cuando el ruido
y el cuerpo
entran en sintonía
forman una armonía
y cosas grandes puede que sucedan

Como empezar a
dejar de pensar
en empezar.

4 de agosto de 2008

Escabiar solo

Oscilaba; frío
y 40º suena
como un atajo.

Merodeando,
borroso y rengo.
Solo;
bastante ebrio.


El alma en calma;
la energía
desestabilizada,
pero en armonía.


Evidentemente la inercia
está amable esta noche.

27 de julio de 2008


Por suerte
solamente
está en todas partes.


No aparece;
se deja caer
sosegado.

Como el alba, pero más temprano.

29 de junio de 2008

Hace once días
nos despertamos
algo más solos
que antes.

Nos tenemos
a nosotros once,
pero nadie sabe
lo que vaya a resultar
de todo eso.

Nada más, arriba
de eso.
Nada,
menos que eso.

Recordar es algo
que está pasando ahora,
ahora mismo,
o sea en el pasado:
Como mirar una foto,
o algo de eso.

9 de enero de 2008

8 de enero de 2008

MuDoN

Se armaron un patio
en una mínima parcela
robada al desierto.
Con ocho pinos trasplantados
y enclenques rayaron
una inconsistente frontera.


Redefinir confines.


Viento violento, el desierto
también tiene sus armas
para reconquistar terreno despojado.

Una bolsa de Landete se debate
furiosa, y enroscada
sobre sí misma combate.
aletea frenética al alambrado
que la mantiene
desesperadamente asujetada.


Redefinir paisajes.


Música quebrada
de techos extirpados
y medianeras detonadas
con un tempo fracturado
que se mide en ráfagas.

Silencio de a ramalazos.

5 de abril de 2007

A los rayos los ves
a los truenos los escuchás.
Es una cuestión entre los sentidos.

Ollas, cacerolas,
sartenes y algunos taper.

Trapos mojados
y la dulce melodía de las goteras.

21 de marzo de 2007

Parada, en la pampa;
busca una manera
de no pensar en ese cielo
enorme, vacío.
¿Qué esconde toda esa nada?

Hace dibujos graciosos
sobre los vidrios
empañados, atrapados
entre el frío
que quiere entrar,
el calor
que no alcanza a salir
y el apacible espectáculo
del viento en mute.

Más allá piedra, tierra, pavimento.

Una hormiga no entiende
de relieves macro
y trepa su propio
monte Everest
al costado del baño
de una estación de servicio.
Trocoman II

Una correntada
contra la piedra caída.

La obra es trágica,
sin tenores ni temores.
Ni suspenso.

Agua con tonta ilusión
y correr torpe
va a no terminar.

Sedimentos en carretillas
de representación.
Repetición de la repetición.

En mi imaginación
descausada
está su marcha.

Mi marcha
se llama muerte.
La suya,
Rio.
Trocomán I

Navegarlo es a vela.

Estaba vivo antes
que Vida.

Su ritmo es calma;
va, moroso, deambulando
por entre las piedras bocha.

Suceder constante,
su origen está en la vertiente
de todos los tiempos.

Corrientes que arrastran
los siglos de los siglos
ocupan todos los espacios
de mi primera memoria.

27 de noviembre de 2006

GUARANY

otra historia
de merqueros
aburridos que
juegan a que
el resto sepa
sin darse cuenta
y después
de la vuelta
de vuelta
se arrepienten.

que me condena,
que me duele,
que me pica,
que la cruz,
que la luz,
que me sube,
que me baja:
filosofía fofa
soporíferos rezongos,
mártires del anti-aguante
inmolados por implosión,
apología del gataflorismo,
letarguistas insufribles e insoportables.

uno por allá mariconea
“ella usó mi cabeza
como un…”, bla bla, etc…
¿Como qué era?
¿Quién te usó qué cosa?

-pero ¡andá a llorar a la iglesia!

“A mi me gusta el vino,
porque el vino es güeno”.
Perfectos versos.
No hay moral
ni métrica
de mal dormidos.
No hay quejas,
ni sermones,
ni lamentos.
Década y media llevan sintiéndose solos.
Me dicen que me saque la campera
para la nieve,
que ser pequebú nacional es lo peor que hay,
que creer en dios es funcional,
¿dónde trabajabas vos? ¿en Zanon?

Marceloteístas, el panfleto es la Biblia,
no usan palabras en inglés;
les gustan los pulóveres de lana de guanaco;
se mojan cuando ven a un proletario
en carne y hueso.

¿Qué sería de mt sin los pequebú?
La pérdida de su interlocutor
podría sobrellevarse, pero la extinción
de su base material de sustento sería insalvable.

Asambleístas de carrera, alzan su voz
extensísima e irreductiblemente peluda
para aplastar la de los opresores,
manipuladores y chantajistas del pueblo.
Asambleístas que se escupieron la sopa
hace no más de cinco años
y desde hace setenta.

Eternamente distintos a los que son iguales,
enteramente diferentes a los que hablan parecido,
son consecuentes y no se juntan con los inconsecuentes.

Crueles, en el cartel fustigan al presidente,
vapulean al mandato popular,
flagelan al enemigo, confunden al enemigo.
Condescendientes, en el cartel adhieren
a la lucha de los (pequebúes) estudiantes franceses
que mañana van a ser presidentes de Francia
y ahí ya van a pasar a odiarlos.

“Hay que transformar”, obligan,
“a transformar que se acaba el mundo”.